jueves, 17 de junio de 2010

ESQUIRLAS


La noche del 20 de Mayo, en lo que podríamos llamar ahora las “vísperas del festejo por el Bicentenario” tuvimos una clase especial, y agrego magistral sin dudarlo, con el grupo de docentes y alumnos que integramos la materia Pensamiento Político Argentino en la Plaza de Mayo. Aparte de la lectura de textos en las puertas del Cabildo relacionados con el proceso histórico que días después se conmemoraría, hicimos una especie de vuelta simbólica por la Plaza, continuando con las lecturas bajo la Pirámide de Mayo. Esta vuelta simbólica tuvo una escala en las escaleras del Ministerio de Economía y la boca del subte.



Allí mismo descubrí y me quede impresionado con algo que nunca había notado en las miles de veces que pase caminando cerca de esas paredes. Y este era el sentido de la escala dentro de la clase especial. Reflexionar sobre las marcas que hay en esas paredes: agujeros de tamaño considerable, producidos por las esquirlas de proyectiles que fueron arrojados desde los aviones aquel 16 de Junio de 1955.



Uno cree ingenuamente que todos los restos de aquella masacre fueron limpiados, los cientos de cadáveres enterrados, los heridos atendidos, o los edificios arreglados, reconstruidos y con eso no quedan más rastros. Pero ver semejantes agujeros que por suerte no fueron tapados, como mínimo te hace indignar y reflexionar un poco en la brutalidad de lo que se vivió aquella jornada.



Es injustificable e indefendible desde donde se lo mire y lo que nos muestra y confirma una vez más es como al Ejército y la oligarquía no les temblaba el pulso al momento de recurrir a los peores crímenes con tal de volver al poder. Y esto era solamente un adelanto de lo que iban a repetir de otras formas años mas tarde.



Pensando en esto, me parece que recordar semejante hecho de bestialidad tiene que estar mas allá de cualquier postura político-ideológica . Se trata de ejercitar también la reflexión y el análisis, hacerlo para no repetir el odio y los errores, sea contra quien sea. Son ejercicios validos e indispensables para no olvidar.

3 comentarios:

  1. Comparto la reflexión y valorización del espacio urbano como “ámbito no tradicional” para ejercitar la memoria (actividad fundamental para cualquier tarea que nos propongamos como sociedad).
    Creo que no hace falta precisar que escribís desde un “lugar no peronista”. Con toda razón señalás que la jornada del 16 de junio fue un hecho repudiable más allá de cualquier postura ideológica, no hay razón entonces para aclarar desde que lugar estás reflexionando. El rechazo a un acto de violencia como éste debe tener el mismo peso y sentido, más allá de que posea, o no, una pertenencia política explícita.

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  2. Hernán Ballesteros17 de junio de 2010, 2:57

    Alejo:

    Soy Hernán Ballesteros y publiqué un comentario en el blog de Ezequiel Meler.

    Te aclaro que me da cierta tranquilidad, o como se quiera llamar, saber que hay alguien que acuerda conmigo (y seguramente con muchos otros y otras) sobre la valoración del asesinato en masa de personas, que eso fue lo que sucedió el 16 de junio de 1955.

    Con respecto a esa idea de que la lucha popular es una sola en distintas etapas y con avances y retrocesos, yo la tomé, creo, de unos trabajos que compiló Irma Antognazzi, la hermana de mi profesor de piano Aldo Antognazzi. Ese libro me lo regaló Aldo, y está entre los libros que más me han marcado ideológicamente, junto con "El derecho a la pereza", de Paul Lafargue y algunos otros libros que he leído de Michel Onfray.

    Cuando encuentre el libro (tengo un gran desorden en mi habitación y ahora me da un poco de fiaca buscarlo), prometo poner el título en este blog y en el de Ezequiel, pues todos los trabajos (incluído uno de Irma Antognazzi) compilados en ese libro, me parecen interesantísimos (sobre todo a un lego como yo en estas cuestiones sobre la ideología, la historia y la política).

    Un saludo y... ¡albricias!... Ya no me siento taaaaan en minoría...

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  3. Muy bueno, es muy importante conmemorar esa fecha. Nunca se sabrá cuantos murieron pero siempre nos recordará lo cobarde y antipatria que es la oligarquía de nuestro país.

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